
Hoy hablo conmigo mismo como antes, como siempre. Vuelvo a resurgir.
Después de valorar de forma exacerbada la tristeza y el desasosiego que me acompañaba, hoy sonrío a mandibula batiente.
No es que se me haya olvidado, simplemente que había abandonado ese escudo invatible en lo más profundo de mi ser. Ya me decía mi madre que no era bueno desechar las buenas maneras y costumbres que uno pueda adquirir.
Como un pez dando sus últimos coletazos, o la agonía de esperar con ansia y odio el últmo suspiro, en ese tiempo de cuaresma. Me pido perdón, asi que " perdóname" por haberme fallado.
Recuerdo... que dejó de ser sano aquel tiempo de reflexión, realmente, era pura obsesión.
Parecen versos sacados de cualquier canción pero hacía tiempo que nadie me acariciaba la mano con tanta emoción.... Volvía a sonreir.
Ains.... Y volver a disfrutar de mí mismo, de mi entorno y de mi vida, ¡ cuan afortunado soy!.
No sé si es el momento, pero lo cierto es que vosotros de nuevo me haceis reir, sois lo que necesito para hacerme feliz.
Alicia Soto-Hojarasca de otoño, es una mujer con ilusión y experiencia a pesar de que su anodina cara que impide descubrir un ápice de sentimiento. Me cae bien, e indirectamente me ha echado un cable, del bueno, no al cuello.
Yo me he aclarado, y no con enjuage bucal, que también, pero sólo yo sbré que mi paz interior ganó la batalla al veneno del colchón.